22 marzo 2006

Hoy, por favor, IMAGINA lo siguiente...



Imagina un cachorro de gatito, imagina que es tan pequeñín que te cabe en una mano, imagina que es muy delgadito por que es un hijo de la calle, ahora imagina que lo tienes en tu regazo y no para de maullar porque el pobrecito apenas puede ver (al ser un recién nacido) y tiene frío y hambre... Ahora imagina que es de color crema, su pelo es increíblemente bonito y suave...

Ahora olvida tu vida actual: tus obligaciones y tus preocupaciones, tus necesidades y tus deseos, tus horarios y rutinas... Te encuentras en una habitación prácticamente vacía: sólo tiene una mesa pequeña de madera, una silla donde estás sentado/a y una cajita de cartón del súper donde está el gatito y con dos hermanitos y su mama gata. Tienes dos ventanas, y todo está pintado de blanco excepto la los muebles que son de madera natural, de pino sin tratar.

Imagina, ahora que ves que cuando dejas al gatito en el suelo que no para de gritar maullidos y busca desesperadamente a su madre. La madre está tumbada en la caja amamantando a sus dos hermanos, pero notas que está tensa y te mira con recelo porque piensa que le estabas haciendo algo malo al su hijito...

A base de darse golpes con los lados cerrados de la caja, el gatito de color crema llega a la abertura de la dichosa caja, que ya te llevaba molestando un rato, pero al ser un mero espectador, no puedes intervenir en su desarrollo...

El gatito famélico y torpón alcanza a entrar en la madriguera y busca, desesperado una tetilla libre donde poder alimentarse... La mama gata cambia el rictus al tener a todas sus crías con ella y comienza a lamer la cabecita del recién llegado mientras éste no para de tragar y tragar...

Desde donde estás sentado/a, oyes los ronroneos cada vez más audibles de la familia gata que está feliz por estar, por fin, todos juntos otra vez y por que están a gustito como una piña, como una FAMILIA y calentitos después de las necesidades que han padecido...

Por un momento, olvídate de las leyes de la naturaleza, en éste precioso instante ya no existen y no tienen validez en está historia...

Una vez se han saciado los gatitos, mientras mamá descansa de tanto crío, los peques salen a jugar a la habitación y empiezan a saltar unos encimas de los otros, habiendo carreras, persecuciones y peleas en tono amistoso. Imagina que nuestro protagonista en una de esas carreras, derrapa y choca contra tu pie derecho y estás descalzo/a.

Se vuelve hacía ti como si quisiera mirarte a los ojos, entonces sube sus dos patitas delanteras por el empeine y te mueve su pata derecha como si intentase avisarte, saludarte o llamarte. Imagina que cuando le haces caso y bajas tu mano izquierda para saludarlo y acariciarlo, el gatito de color crema busca el contacto de tu mano para hacerte carantoñas...

Imagina que una vez lo has acariciado, el pequeñín te da varios lametones (los que tu quieras o necesites HOY) y se va tan tranquilo, como si tal cosa a seguir jugando...

IMAGINA lo que la ternura puede hacer por tu vida, pero sobre todo IMAGINA lo que la TERNURA que hay en TI puede hacer por los demás, por los TUYOS...

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Waldo Art

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el fondo del corazón somos todos gatos pequeños, buscando ternura y atención..

Feliz aquel que cada día encuentre el espacio para ser gato.

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un comentario de una gatita alemana, esperando a su compañero gatón..

Anónimo dijo...

Sabes Waldo? intento a diario compartir con los que me rodean lo mejor que hay en mi, mi ternura...pero ahora me apetece tanto recibir...necesito aunque sea por hoy recibir el tacto de una caricia. Mientras tanto...tus palabras me calman.

Joana Pol dijo...

Hoooola!!! Ya me he puesto en contacto con la asociación para ofrecer mi ayuda. Un beso!!!

Anónimo dijo...

Waldo, es hermoso. Muy lindo. tenés un corazón inmenso sabés? Te mando un beso grande!